Tu libro me deprime (Defecto) y todavía no voy ni en la página cinco. — Lectora
Que les deprime, que les encanta, que es mi mejor obra hasta ahora, que no los dejó dormir... esas han sido algunas de las reacciones.
Uno de mis primeros miedos al terminar Defecto era que resultara incomprensible y, por lo mismo, aburrido. “Incomprensible” no por soberbia creativa, sino por todo lo contrario: por haber intentado abordar temas complejos desde un ángulo profundamente introspectivo.
La sorpresa: reseñas y análisis
Mi sorpresa fue que Defecto generó reseñas extensas. Yo solo pedí comentarios breves a personas cuya inteligencia admiro, pero lo que recibí fueron textos largos, con análisis profundos que me hicieron viajar bastante.
La suma de todas las fuerzas es cero: Alí Benítez y el ‘Defecto’ en su poesía es el título del artículo de Pool DukenBlau, experto en literatura, publicado en el blog Palabra Divergente. Un fragmento:
Defecto, una hibridez entre prosa, lirismo y flujo de conciencia que al lector pudiera parecer desparramada en la vaguedad. No obstante, el haber conocido antes al poeta, el haberlo leído en otros textos más narrativos, me permite decir que interpreto su obra como el culmen de todas las fuerzas críticas en literatura. Lograrlo del modo en que lo propone Alí no es cosa fácil, aunque así parece cuando leemos Defecto.
Otro abordaje interesante fue el de la escritora Joyce Wilde (Sinkuerda), quien analizó la crítica religiosa implícita y entretejida en el libro. Su reseña se publicó en este mismo blog, bajo el título La radical Verbatim Lutz profundiza sobre el libro ‘Defecto’ de Mared Guerra.
Con un tono a veces satírico, a veces ácido y hasta desolado, el autor no pretende utilizar la poesía para maquillar la realidad, sino que busca en la angustia existencial y abandónica dar forma al sentimiento: ese destino trágico de la soledad humana, inevitable e irremediable.
También se sumaron comentarios del profesor Valentín Franco, del poeta Antonio González, del periodista Oskar Mijangos y de la Mtra. Ángela Cebollón, entre otros.
Comentarios de lectores
Uno de los primeros comentarios que recibí fue el ya citado: “Tu libro me deprime y todavía no voy ni en la página cinco”. Me pregunto si esa lectora llegó al menos hasta la diez...
Otro lector —bibliotecónomo universitario— confesó que leer Defecto le causó insomnio, porque encontró un tratamiento constante del tema de la muerte, lo que lo hizo pensar demasiado.
Durante las presentaciones, el público me ha hecho preguntas que jamás imaginé asociarían a esta obra: si he pensado en el suicidio, si estoy a favor de él, si debemos reflexionar diariamente sobre la muerte, si busco a Dios, si soy ateo o agnóstico, si sostengo algún tipo de fe.
También he recibido comentarios agradecidos porque Defecto transmite una voz espiritual —en un sentido atípico— que a algunos les ha hecho sentir acompañados.
Defecto como liberación
Defecto ya me había dado satisfacción personal por ser la liberación literaria de un conflicto existencial y, a la vez, una crítica codificada para quienes disfrutan descifrar. Pero al conocer tantas reacciones y lecturas, esa satisfacción creció y aquel primer miedo se disipó.
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