Un breve manifiesto para apagar el mundo un rato y escucharnos por dentro.
Desperté y mi teléfono, generoso, me sirvió en bandeja el resumen del universo: mensajes, avisos, ofertas, urgencias de último minuto que no eran urgentes hace un minuto. En menos de dos segundos ya no sabía si yo era yo o mi algoritmo de confianza.
1) Cuando el silencio también tiene notificaciones
La sobrecarga digital se nos instaló como clima. No la vemos, pero la respiramos. Llamémosle ruido de fondo: pings, previews, pestañas abiertas que nunca cierran. El resultado es una fatiga rara, una agotadora sensación de “estar” sin estar.
Byung-Chul Han lo llamó “sociedad del cansancio”. Yo lo llamo la prisa de no llegar: correr en círculos informativos hasta olvidar por qué corríamos.
2) Introspeccionar: una práctica mínima de resistencia
La introspección no es un lujo monástico; es higiene mental. Como lavarse las manos, pero por dentro. Dos minutos de atención sostenida valen más que veinte de zapping mental.
“Apagar es un verbo creativo: cuando el mundo baja el volumen, la página interna empieza a hablar.”
3) Micro-rituales para recuperar la atención
- Apagón voluntario de 10 minutos: sin pantalla, sin música. Solo respirar y observar.
- Micropoema analógico: escribe 3 versos en papel sobre algo ínfimo (una sombra, una grieta, una risa).
- Paseo sin auriculares: camina una cuadra lento; registra con palabras un detalle (olor, textura, ruido).
- Lectura de un párrafo, dos veces: la segunda lectura no repite, revela.
- Un “no” al día: declina una distracción amable; protege un sí importante.
4) Para quién escribimos hoy
Escribimos para quien todavía reconoce su propia voz entre el ruido. Para quien sospecha que ser humano no debería equivaler a estar disponible todo el tiempo. También escribimos para nosotros: para volver a habitar lo que pensamos.
5) Llamado contrapoético
Propongo un gesto mínimo y radical: hoy, 15 minutos sin pantallas. Luego, deja un comentario con un micropoema de tres líneas o una frase que te haya venido en ese silencio. Hagamos una galería de pausas.
Checklist para practicar (y compartir)
- Fija en tu agenda un apagón breve cada día.
- Conserva un cuaderno físico para ideas mínimas.
- Lee algo breve dos veces; subraya distinto cada vez.
- Escribe sin “enviar” durante 5 minutos: solo para ti.
- Publica una línea nacida del silencio; etiqueta a quien necesite una pausa.
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