Chewaii Fest 2025: ajedrez, arte y comunidad cultural en Cancún

En Cancún, Chewaii Fest 2025 encendió algo más que reflectores: activó una red de afectos, lecturas, partidas y exposiciones donde el ajedrez fue el eje y la cultura local el territorio. Un encuentro de barrio y de biblioteca, de escenario y tablero, que terminó recordándonos que cuando una ciudad apuesta por el arte, crece su imaginación cívica.

El corazón organizativo: Colectivo Áayin

El impulso vino del Colectivo Áayin, que combinó logística, diseño y sensibilidad para que cada pieza encajara en el memorable Chewaii Fest celebrado el 23 y 24 de agosto. Abdi aseguró gestiones y permisos —y regaló un poema-cuento inspirado en el ajedrez—; Jessica Couoh articuló memoramas, plantillas y dinámicas; Olivia Ortiz sostuvo la ludoteca y las presentaciones editoriales, además de una labor constante de comunicación digital. El sello lúdico y en vivo lo aportó AlternoFreak News, con dinámicas y transmisiones que contagiaron al público.

El tablero en marcha: torneo, inclusión y juego libre

En el núcleo, el torneo de ajedrez coordinado por Job Maza, con Leonardo Jesús como árbitro y aval de la Asociación de Ajedrecistas de Quintana Roo. Hubo también retas libres animadas por Máximo Vega Lezama y una intervención conmovedora de Jaque Mate al Autismo Riviera Maya A.C., demostrando el poder del ajedrez para la inclusión y el desarrollo de personas con neurodivergencias. Patrocinadores sorpresa —Cenote Verde Lucero y Marey Creaciones— sumaron premios y tableros 3D.

Escena creativa: voces, libros y obra visual

El festival fue también escaparate literario y artístico. Hubo ceremonia de rumbos con Alejandra Cordero; presentación de El árbol por Yue Dnangel; lectura de Seudo. Reflexiones ni siquiera absurdas de Mared Guerra (mi otro yo, invitado por María Alonzo); relatos de Malix Editores; reflexión de Lil Fernández Osorio sobre literatura y ajedrez; acuarelas y gastronomía de Tere Galván; fantasía de Daniel Oropeza; charla cultural de Xenia Beltrán; y una exploración sensible de Felipe Ortiz Ugalde sobre arte y neurodivergencias. La música, finalmente, cerró el ciclo con un aplauso largo.

La casa común: Biblioteca Barocio

La Biblioteca Barocio abrió sus puertas y el espacio se volvió tablero vivo: salas entre libros, mesas con piezas, paredes con obra y pasillos con público curioso. Presencias clave como Paco Alzaga y Harvey Frank acompañaron de principio a fin, consolidando un ambiente de vecindad cultural.

Cancún cultural: mover ficha más allá del festival

Cancún no es solo playa: es una ciudad que piensa, lee, compone y debate. Chewaii Fest 2025 deja una huella y una tarea: seguir moviendo ficha en bibliotecas, parques, plazas y escuelas. La cultura sucede cuando se arma comunidad, y la comunidad se fortalece cuando hay programación constante, alianzas y cuidado del detalle. Que este festival sea la primera jugada de una partida larga: más talleres, más publicaciones, más escenarios abiertos y más manos colaborando.