La fama suele ser un condicionante a la hora de opinar sobre una persona, y esto es lógico, puesto que la fama condiciona el ser de una persona. Asimismo, el nivel económico.
Cristian Castro es un claro ejemplo de cómo una condición de figura mediática ocasiona convertirse en objeto de conflicto de opiniones. Terreno filosóficamente fértil para la ejemplificación sobre las falacias más comunes, como la falacia de composición, la de generalización apresurada, de falsa equivalencia, etcétera...
Cristian Castro es un caso medio, solo medio, similar al del exvocalista del grupo de rock Moderatto, Jay de la Cueva, quien suele ser subestimado por muchos a causa de la impresión que tenía Moderatto, como un grupo de "rock", que en realidad era pop comercial y que resultaba escandalosamente ridículo. No es tan sabido que dicho grupo en realidad comenzó siendo a propósito una parodia, pero debido al éxito se estacionaron en la imagen que los caracteriza. Sin embargo, el hecho de que Moderatto sea objeto de burla por parte de muchos, no significa, en primer lugar, que tal proyecto musical sea, desde toda perspectiva, pésimo; y en segundo lugar, tampoco significa que los integrantes de Moderatto individualmente sean (en palabras de otra gente) "unos payasos".
Lo que pasa con Cristian Castro es que es un referente del pop romántico, por eso genera un conflicto mental (en ciertas personas) saber que también es rockero e incluso metalero. No lo conciben. Tal vez por eso en una entrevista-charla publicada en YouTube por el canal Filo News, el cantante Cristian Castro expresa que se siente solo.
Ver el vídeo en YouTube |
"Soy de los cantantes latinos
que se sienten más solos en el mundo".
No obstante este infortunio, me recuerda extrañamente a Nietzsche hablando de Schopenhauer, este recuerdo mío no significa para nada una comparación o equivalencia, sino sencillamente una ligera similitud en el hecho de que algunos seres extraordinarios tienen en sí una tendencia a quedarse (o sentirse) solos.
Artísticamente hablando, algunos cantantes famosos gozan de aprobación por su versatilidad, pero otros como Castro, quien también goza de la misma aprobación, a la vez presencia otras posturas de rechazo. Por eso es que se me hace un poquito similar a Jay de la Cueva, ya que este es un músico versátil con proyectos muchísimo muy diferentes al de Moderatto, como Titán o The Guapos, en el cual colabora con tremendos cantautores como El David Aguilar, Leiva y Adán Jodorowsky. Lo curioso es que The Guapos, así como Titán, no pega como comercial, o dirían algunos "no levanta", pero es muy probable que eso ni siquiera sea tema de interés para los involucrados. Hay quien relaciona la buena calidad con la impopularidad, pero este razonamiento también tiene sus fallos.
La Esfinge es una banda de heavy metal con nada más y nada menos que Cristian Castro como vocalista. En tiempos recientes se ha vuelto tendencia ver a Cristian Castro interpretando rock, y algunas personas, desconociendo la genuina faceta rockera de Castro, lo perciben incluso como motivo de meme.
Sin embargo, él parece vivir en su mundo, y sin importar su sentimiento de soledad y los prejuicios y predisposiciones que podamos tener ante los famosos, continúa haciendo lo que le apasiona y lo que se le venga en gana. Así como algunos no comprenden su versatilidad, otros tantos lo admiran, incluyendo otros grandes artistas de calidad, como el vocalista de Él mató a un policía motorizado, el argentino Santiago Barrionuevo (recién cantaron juntos, ver vídeo); y la banda argentina de heavy metal Asspera, con quienes colaboró para un cover bizarro (ver vídeo).
En la interesante entrevista en Filo News, Castro declara "[...] me gusta mucho la tristeza, soy aficionado a la tristeza", afirmación que suele ser propia de artistas arraigados a su existencia artística. Aristóteles relacionaba a los hombres melancólicos con el talento destacado en el arte, idea acertada (y de diferentes formas) en muchos casos, seguramente en el de Cristian Castro.