Cuando los blogs se pusieron de moda abundaban los de estilo reflexivo y los de estilo literario. Algunos usuarios encontraban placenteras las lecturas que tenían en esos espacios que, con el paso del tiempo y de la tecnología, poco a poco fueron pasando desapercibidos. 

Cada vez de manera más acelerada se genera información, y probablemente la mayoría de ella sea deficiente o falsa. Pero además de información se genera contenido, la cual apenas sería llamada "información" en un sentido semántico, cuya dirección es entretener y captar la atención de las personas para venderles algo. 

Hablamos de venta no solamente de manera literal, o sea que no nos referimos únicamente a la venta de servicios o productos, sino a la venta de la imagen pública. Los seguidores son verdaderos consumidores de contenidos, y los creadores de contenido son vendedores. 

Prácticamente todos los espacios públicos y rincones de Internet están plagados de venta, venden influencia, erotización, sexualidad gráfica y auditiva, chisme, humor, noticias irrelevantes pero virales, etcétera. 

Como los blogs eran espacio de contenido un tanto consistente y de alguna manera extenso, se están volviendo parte del pasado digital, de los orígenes de la digitalización. No todos los blogs tienen esta suerte, algunos "saben" o mejor dicho se adaptan para sobrevivir, empleando un lenguaje típico de estos tiempos, es decir, una manera de expresarse algo básica, con información somera, excesivamente sintetizada y rápida. 

Los que encontraron en el blog un recurso para la libertad de expresión o para la creación literaria, ahora están ante la poderosa e imparable realidad de lo exprés, shorts, reels, TikTok, y así... el arte de redactar profundamente se está quedando con pocos redactores que están vacunados contra la indiferencia y lo absurdo. 

Vivimos una era de mala síntesis, gran parte de la humanidad ya no encuentra disfrute en el lenguaje literario y prefieren una redacción digital actualizada. Encontrar un punto medio entre el lenguaje literario y la redacción digital correspondiente al tiempo más actual es un desafío que no cualquiera quiere afrontar y quien quiere no sabe del todo cómo sin tener que sacrificar la profundidad, lo artístico y lo creativo.